Mtra. Jessica Asai Uribe y Mtro. Rogerio Canales Pérez 

 

En el ecosistema del emprendimiento es muy común escuchar los términos modelo de negocio y plan de negocio. Es normal que una incubadora pida el modelo de negocio antes de aceptar un proyecto o que un banco solicite un plan de negocio para otorgar un préstamo. Sin embargo, muchas veces no se explica en qué consiste cada uno de ellos y es por eso que a veces se confunden entre sí o se utilizan ambos términos indistintamente.

 

La forma más sencilla de explicar la diferencia es con la analogía de un edificio. El modelo de negocio equivale a los planos y maquetas, nos dice cómo se verá la construcción cuando se termine. Por otro lado, el plan de negocio equivale al cronograma y presupuesto de la construcción, nos dice cómo se irá construyendo el edificio y cuánto va a costar hacerlo.

 

Otro ejemplo es en el que el modelo de negocio es nuestro destino, a lo que queremos llegar, y el plan de negocio es el mapa que nos indica cómo llegaremos ahí.

 

¿Cómo se construyen?

 

En breve podríamos decir que: Un modelo de negocios es la representación esquemática de cómo funciona una empresa como sistema; es decir, explica la forma en la que una organización productiva crea, distribuye y captura valor. InnovaUNAM, se basa en el lienzo o canvas del libro Business Model Generation de Alexander Osterwalder, que constituye uno de los formatos más populares para generar y representar modelos de negocio. Ese lienzo está dividido en nueve segmentos o bloques que representan las áreas y relaciones más relevantes para que una propuesta de valor llegue a los clientes indicados, es decir, al segmento de mercado que retribuya con valor el producto o servicio ofrecido por la organización. En InnovaUNAM se requiere conocer y poder transmitir de manera precisa el modelo de negocio para poder entrar a un proceso de incubación.

 

Un plan de negocio, en cambio, es un documento en donde se explica a detalle la estrategia de puesta en marcha y operación de una empresa. Abarca aspectos relacionados a su viabilidad y factibilidad, así como las estrategias de organización estructural, fiscal, legal y financiera, y los procedimientos regulares de administración. Se diseña mediante el desarrollo de cada punto, iniciando con la descripción de la empresa -misión, visión, objetivos, análisis FODA y la presentación de finanzas actuales y proyectivas, al menos a cinco años- e incluye el desarrollo de cada segmento expresado en el modelo de negocio. Es una práctica común que instituciones públicas y privadas pidan este documento para otorgar créditos o capital semilla.

 

¿En qué momentos del emprendimiento se utilizan?

 

En las grandes empresas se ha favorecido por mucho tiempo el plan de negocio ya que es mucho más operativo e indica las acciones y pasos a seguir en el lanzamiento de un producto. Estas compañías tienen la ventaja de que ya cuentan con un modelo de negocio establecido y sólo cambian la operación para obtener un beneficio económico de un nuevo producto. Por lo general, estos nuevos productos son, cuando mucho, innovaciones incrementales; por ejemplo, un nuevo modelo de automóvil (que muchas veces incluso conservan el nombre).

 

Para los nuevos emprendimientos, o innovaciones más radicales, es de suma importancia contar antes con un modelo de negocio. Como en los ejemplos, si no sabemos cómo queremos que se vea el edificio o si no sabemos a dónde queremos llegar, no hay plan de trabajo o mapa que nos ayude a obtener un resultado satisfactorio. Es por esto que la creación de un modelo de negocio es de suma importancia para los nuevos emprendimientos y es muy recomendable también para el lanzamiento de nuevos productos en empresas ya existentes.

 

En la filosofía de Lean Startup, el modelo de negocio no es sólo la imagen del resultado final, sino también es la base para la experimentación. Cada aspecto del modelo de negocio es una hipótesis que debe confirmarse o rechazarse por medio de pruebas en el mercado. Esto permite a los nuevos emprendimientos evaluar si van por el camino correcto, de una manera mucho más rápida y eficiente, que el fallar después de varios años de implementar un plan de negocio que se elaboró cuidadosamente, pero sin salir al mercado. Es por esto, que es recomendable que las empresas nuevas trabajen exclusivamente con un modelo de negocio hasta que encuentren uno que funcione y, entonces elaboren un plan de negocio.

 

En conclusión, el modelo de negocio nos indica cómo va a funcionar una empresa, mientras que el plan de negocio nos indica los pasos detallados para la operación de la misma. En el caso de las empresas nuevas, es muy importante contar primero con un modelo de negocio, no sólo para saber a dónde se quiere llegar, sino también para probar si el planteamiento de su funcionamiento realmente está de acuerdo con las exigencias del mercado. No es sino hasta que el nuevo emprendimiento encuentre un modelo de negocio que le funcione que debe crear su plan de negocio.

 

Fuente: Coordinación de Innovación y Desarrollo - UNAM